domingo, 7 de noviembre de 2010

EL PODER ES PARA SERVIR


¿Sabían usted estimado lector, que Dios es el que pone y quita Reyes? El poder Dios lo da para servir a los demás y no para hacer daño. Sí Dios te da poder y te apartas de Él serás un peligro para los demás.
Esta es la historia del rey David, quien después de tanto sufrir persecuciones por parte del rey Saúl, ahora llega al trono del antiguo Israel.
2 de Samuel capitulo 11 menciona la historia del abuso de poder del rey David, quien en lugar de ir a la guerra como era costumbre. El versículo 1 menciona: “Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén”.
Primer error de David. Quedarse de ocioso cuando todo el mundo va a la guerra, cuando todo el mundo trabaja. Cuando todo el mundo hace la parte que le corresponde, no es permisible que alguien esté ocioso, dejando pasar el tiempo.
Segundo error: Versículo 2: “Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa”
La historia cuenta que el rey David preguntó por ella y le dijeron que su nombre era Betsabé y que además estaba casada. El nombre del esposo era Urías.
A David no le importó que estuviera casada, aprovechándose del poder que tenia, envió a sus siervos para que le trajeran a esta mujer casada y la poseyó. Es decir, cometió adulterio con ella.
Tercer error: Abusar del poder que tenia. Ahora era el rey de Israel y el poder que tenía debía aprovecharlo para servir a su pueblo. Sin embargo había cambiado mucho. Ya no era humilde, mucho menos pedía consejo.
Ahora abusaba del poder y no le importaba lastimar a nadie.
Muchos de los seres humanos que en esta tierra tienen poder (económico, político o incluso religioso), se aprovechan de esa condición y abusan del poder lastimando a las personas que están a su alrededor.
La decisión pecaminosa del rey de Israel de tomar a la fuerza (violación) a la esposa de uno de sus mejores soldados tuvo consecuencias muy desagradables.
El versículo 5 menciona que la mujer quedó embarazada y le mandó a avisar a David.
Cuarto error: Cuando David se enteró que Betsabé estaba embarazada, lo primero que le vino a la mente fue como esconder su pecado. Algo realmente malo, cuando siendo que era cristiano debió, en primer lugar, pedirle perdón a Dios y buscar su consejo para salir de este pecado.
En lugar de buscar el perdón de Dios, envió a buscar al esposo de Betsabé de la zona de guerra, un promedio de 65 kilómetros fue lo que se trasladó este soldado, que no sabía lo que maquinaba la mente perversa de su rey.
Cuando Urías llega a Israel, David platica con él y al final le dice: “Desciende a tu casa, y lava tus pies” (vers. 8).
¿Cuál era la intención de David al mandar traer a su soldado y mandarlo a dormir a su casa? La respuesta es sencilla. David procuraba cubrir su pecado, pensaba que si Urías dormía con su esposa, podía escapar de las consecuencias de su pecado. Betsabé podría decirle a su esposo que el hijo era de él.
Sin embargo, a veces no es tan fácil escapar de las consecuencias de nuestras malas decisiones; de hecho Urías no bajó a su casa y se quedó a dormir a la puerta del palacio del rey.
Cuando David se enteró, se enojó y convidó a Urías a una comilona. Emborrachó a su fiel soldado y lo envió de nuevo a su casa, pero Urías no se allegó a su esposa.
¿Qué hizo David? Dice la palabra de Dios que David envió una carta a Joab el general de su ejercito, con indicaciones precisas de poner a Urías al frente de la batalla para que muriera. El inocente soldado le entregó la carta a su verdugo y en una de las batallas lo pusieron cerca de una pared y fue victima de las flechas del enemigo.
Uría murió y el versículo 27, menciona que pasado el luto, David envió por Betsabé y la hizo su mujer.
CADENA DE ERRORES:
Un pecado llevó a otro, hasta origina que David no solamente cometiera el pecado de adulterio, sino al final se convirtió en un asesino.
La consecuencia de este grave pecado fue la muerte de su hijo, con el dolor que todo esto representa. (2 Samuel 12:18).
Reflexionemos en esta historia y no hagamos cosas de las cuales podamos arrepentirnos luego.
Mi correo, duranjavier_@hotmail.com

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