domingo, 19 de septiembre de 2010

TRABAJO Y ÉXITO


Buenos días a todos nuestros estimados lectores, hoy quiero reflexionar con ustedes en la importancia de enseñarles a nuestros hijos el valor del trabajo.
Sé que cada padre de familia y persona que lea esta columna, reflexionará con mucho cuidado en lo que digo.
Lean la presente como una carta escrita a un hijo, a una hija. “El éxito o el fracaso dependerán en gran parte de tu actitud ante las obligaciones que la vida vaya imponiéndote, y del espíritu con que encares las actividades y trabajos que debes realizar”
“No se te ocurra jamás dejar librado tu éxito a la casualidad. Así lo hacen muchos. Confían en que de una manera u otra las circunstancias se encadenarán para que ellos logren lo que esperan. En otras palabras, confían en que la suerte los favorecerá y en que un buen viento del cual no saben ni cómo, ni porqué, ni de dónde ha de soplar, los conducirá a buen puerto.
“Como comprenderás, esto es sencillamente una ingenuidad irresponsable.
No confiemos en la suerte, confiemos en nuestro trabajo. Reflexiona en lo dicho por F. L. Emmerson: “Yo creo a pie juntillas en la suerte. Cuando más trabajo, más suerte tengo”.
Dijo Trine: “No aguardes (esperes) con las manos cruzadas que te caiga el bien de lo alto. Si es cierto que Dios sustenta a los pajarillos del aire, también lo es que no les lleva el grano al nido”.
“Tú conoces los proverbios de Salomón. “El diligente alcanza grandes riquezas” (Proverbios 12:27). No, no es la suerte ni son las circunstancias las que te conducirán al éxito. Será la diligencia, el esfuerzo empeñoso, la perseverancia, la previsión.
Que ejemplo tan magnifico nos dan las hormigas en ese sentido. (Proverbios 6:6), nos dice: “Fíjate en las hormigas, oh perezoso; fíjate en lo que hace, y aprende la lección”
“Cuando tengas que cumplir una tarea, hazla como si fuera la más importante del mundo, como si de esa tarea dependiera todo lo demás.
No te quejes por todo lo que tengas que hacer, pon entusiasmo en lo que haces. Si actuamos así veremos que nuestro trabajo es muy importante. Recuerda la historia de aquel hombre que estaba arreglando una vereda. Un hombre se le acercó y le preguntó que estaba haciendo, a lo que este buen hombre contestó: “Estoy haciendo que este camino le resulte suave a miles de personas”. Ese es el espíritu que hay que tener. No lo olvides.
Acuérdate que el tiempo que dediques a perfeccionar y a mejorar la calidad de tu trabajo, nunca será tiempo perdido.
“El trabajo vale por la perfección con lo que se hace, y a la perfección no se llega sin esfuerzo”
Un comerciante muy rico le encargó a un pintor muy reconocido que le hiciera un cuadro que debería representar un gallo. El gallo más perfecto nunca jamás pintado.
Pasaron muchos meses sin que el pintor diera señales de vida. Por fin, un día el comerciante fue a casa del artista y al averiguar acerca de su cuadro, encontró que no había trazado ni siquiera una línea. El pintor le dijo al asombrado comerciante que no se alarmara, y que lo haría inmediatamente ante sus propios ojos. Efectivamente, frente al mismo comerciante, en tan solo 15 minutos hizo un dibujo perfecto de un gallo. El comerciante le preguntó cuanto le cobraba y el artista le indicó una suma muy elevada.
__ ¡Esa es una cantidad enorme!- exclamó el comerciante-, ¿por solamente un cuarto de hora de trabajo?
El pintor lo condujo a otra habitación donde le mostró centenares de bocetos, en todos los cuales se veía el dibujo de un gallo. Luego dijo: __Desde que recibí el encargo de que usted me hizo hace tres años, he estado practicando hasta ser capaz de pintar un gallo en 15 minutos. De manera que lo que le cobro no es por ese cuarto de hora, sino por los tres años de ejercicio.
Ya lo sabes, esfuérzate para que tu trabajo sea perfecto.
Mi correo, duranjavier_@hotmail.com

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