martes, 14 de septiembre de 2010

200 AÑOS DE LIBERTAD


• “El vacio de poder abre la puerta a grandes temores que hoy estremecen a la sociedad”.

El colorido está listo para celebrar que hace 200 años un grupo de valientes se decidió a cambiar las cosas. México y Nayarit celebraran el bicentenario de la independencia.
Hombres valientes convencidos de que Dios estaba de su lado, arriesgaron sus vidas para salir a pelear por un futuro mejor. Un futuro que a muchos mexicanos no nos ha tocado vivir aún y que 55 millones de personas añoran con independizarse de la pobreza vil que día a día los aniquila.
En lo tocante al pasado de México (dice un experimentado escritor), es mucho más lo que no sabemos que lo que sí. “El hecho de que la historia nacional esté concentrada en la ciudad de México, nos ha llevado a ignorar las grandes realidades que se dieron en el resto del país. Sin embargo (sigue diciendo), por alguna razón se ha tratado de ocultar, ignorar o minimizar las raíces religiosas tanto de la independencia como de la Revolución.
¿Cómo es que México llegó a ser una nación independiente? ¿Qué función desempeñó la religión en la independencia de nuestro país?
Es muy interesante lo que comenta el licenciado Alejandro Medina Villarreal en su trabajo periodístico, quien concluye que la guerra de independencia fue exageradamente impulsada por la religión, especialmente por la católica, esto lo explica de la siguiente manera:
“El inicio de la Guerra de Independencia fue también una pugna entre el alto claro que apoyaba a los peninsulares, y el bajo clero que apoyaba a los criollos. Lo anterior planteó una serie de conflicto de ideas dentro de la iglesia Católica. Sin embargo, los dirigentes rebeldes fueron asesinados en pocos años. Pero cuando el acto clero se vio amenazado por las nuevas ideas de libertad que llegaban de Europa, se declaró a favor de la Independencia.
Al final del conflicto, las palabras atribuidas a Agustín de Iturbide, que sería el primer emperador de México, resultan reveladoras: “La independencia se dio para salvar a la religión católica”
En consecuencia, la nueva legislación prohibió la práctica de otra religión que no fuera la católica. Todos los inmigrantes que llegaban a México debían ser católicos.
¿Quiénes somos los mexicanos?
Octavio Paz escribió un brillante sobre la naturaleza de los mexicanos titulado EL LABERINTO DE LA SOLEDAD. Mencionó que para mediados del siglo XX, México vivía su adolescencia política y social, caracterizada por los arrebatos, los exabruptos y la inestabilidad, propia de esta edad en el desarrollo humano.
Han pasado más de 50 años y seguimos demostrando una escasa capacidad de organización, un andamiaje democrático muy endeble, además de una profunda crisis de autoridad.
El vacio de poder abre la puerta a grandes temores que hoy estremecen a la sociedad.
Vivimos en una nación que luchó a sangre y fuego por su libertad de conciencia. Todos debemos valorar la libertad religiosa que hoy tenemos. Por lo tanto, en el año del bicentenario, es necesario recordar que el Estado no debe promover ningún tipo de doctrina religiosa, sino estar al margen y ser imparcial al respecto.
Por su parte, la iglesia debe obedecer y respetar a sus autoridades civiles.
Mi correo; guillotinakora@yahoo.com.mx
http://guillotinakora.blogspot.com/

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