El mayor generador de pobres en nuestro país es el gobierno, mismo que no ha sabido trabajar en beneficio de los que menos tienen y si rescata a banqueros, empresarios y a los que más tienen.
El último gobierno que realmente se preocupó por los campesinos y por la gente pobre de nuestro país, fue el general Lázaro Cárdenas. A partir de ahí, no se conoce uno solo que se haya preocupado por los que menos tenemos. La decadencia de nuestro país, es la decadencia del proletariado, del campesino. De los que siembran las tierras para darnos el fruto de la misma.
La emigración de nuestros paisanos hacia el exterior, es prueba plena de la mala política económica, política y social de los gobiernos priistas y panistas.
El fenómeno de emigración era fundamentalmente de los estados del Norte y del Centro, en las últimas dos décadas, campesinos del estado de Veracruz, Tabasco y Chiapas, han optado por abandonar su lugar de nacimiento, con tal de tener un mejor futuro.
El abandono del campo se ha resaltado durante los sexenios del PAN en nuestro país. Según datos oficiales, el México rural ha sido el más afectado por las políticas neoliberales. Según el precandidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador (EL PEJE), “el abandono del campo es dramático. Los tecnócratas, desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, redujeron los subsidios, eliminaron aranceles y permisos previos de importación y dejaron de considerar necesaria la inversión pública destinada al sector agropecuario”.
A diferencia de nuestro vecino del norte, en México, no hay créditos destinados al sector agropecuario. El tratado de libre comercio (TLC) ha dado al traste con los campesinos y los ha orillado a vender las pocas tierras que les quedaban, teniendo que abandonar a sus familiares para poder darle una mejor vida.
“El sistema de precios de garantías para la compra de las cosechas de básicos, instituido por el gobierno de Lázaro Cárdenas, fue eliminado por la tecnocracia liberal con el pretexto de que era una política agrícola inadecuada.
El gobierno y los políticos en su campaña gritan a voz de cuello que una de sus principales propuestas o buenas intenciones es la eliminación de la pobreza. Sin embargo, no reconocen que esa pobreza la han originado ellos mismos.
Bien se le puede aplicar a nuestros gobernantes, la sentencia que el profeta Natán le dio al rey David, cuando este había tomado como mujer a la esposa de uno de sus más leales soldados: Urias, el Heteo.
La historia consigna lo siguiente:
“Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.
El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija.
Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él.
Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte.
Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.
Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre”.
¿Quién ha causado tanta pobreza en casi 70 millones de mexicanos?, el propio gobierno. Los políticos de siempre. Aquellos que siempre andan de campaña en campaña y que han vivido de la política toda la vida y que nunca han trabajado para vivir como uno de nosotros.
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