domingo, 3 de octubre de 2010

EL VALOR DE LA FIDELIDAD


• “No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
Últimamente, durante este sexenio se ha logrado cultivar muchos de los valores que los nayaritas hemos ido perdiendo con el secularismo religioso y el libertinaje que permiten los padres de familia, con tal de no hacerle tan complicada la vida a sus hijos.
Los padres, de forma por demás irresponsable han decidido jugar el papel de amigo, en lugar de cumplir con su obligación de padre.
Por eso, es importante recordar que antes que amigos, los padres deben desarrollar eficazmente su papel principal en esta película, que tendrá el fin que cada uno le quiera imprimir en el seno familiar.
Sin embargo, el valor de la fidelidad (que en su origen esta ligado a la lealtad), es de los pocos que hemos cultivado y de los que considero, es uno de los más valioso para la vida en sociedad.
Elena Gould Harmon de White, autora norteamericana de fama internacional, explica en uno de sus libros, la importancia de este valor universal en la actualidad; ella lo explica de esta manera: "La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren, hombres que sean sinceros y honrados en los más intimo de sus almas; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos" Elena W. de White. (Libro la Educación pág. 57)
Esta palabra, a las que muy pocos le damos su verdadera dimensión, esa compuesta por los siguientes elementos:
Confiabilidad: Esto significa que se puede contar contigo. ¿Cuándo fue la última vez que alguien te falló? ¿Recuerdas cómo te hizo sentir eso? ¿Qué dice acerca de tu carácter si no eres confiable?
Honestidad: La honestidad es veracidad. Significa que nos vas a mentir, hacer trampas o robar. La honestidad es una piedra fundamental en la construcción de un carácter sólido, y debería manifestarse cada día en nuestra vida.
Integridad: La integridad es como un código de honor. Si tienes integridad, tienes ciertos valores y creencias por los cuales vives. También significa que respetas los valores y creencias de otros. La integridad es también una de las piedras en la construcción del carácter.
Lealtad: Lealtad es fidelidad. Significa estar junto a alguien aun cuando las circunstancias sean difíciles. Lealtad es una parte importante de la amistad. Pero ¿incluye la lealtad hacer algo malo por un amigo? ¿Tiene límites la lealtad? ¿Cómo podría una persona llevar demasiado lejos una cosa buena, como la lealtad?
Creo fervientemente, que los padres podemos hacer mucho para formar un buen carácter en nuestro hijos. Debemos hacer la parte que nos toca en el ámbito familiar en la educación de nuestros hijos. Debemos pasar más tiempo con ellos, leer buenos libros juntos. Hablarles de este tipo de valores que la televisión, el internet, la radio, etc.; nos han quitado con la programación que tienen alejada a la moral y a las buenas costumbres.
Para terminar con este importante mensaje, déjame te invito a leer la historia de José. En el libro de Génesis, capitulo 39 encontramos la muestra de cómo se debe actuar ante las tentaciones que encontraremos en nuestros caminos para romper los lazos de fidelidad y lealtad que debemos preservar para siempre. Fieles a nuestra esposa, a nuestras familias, a los hijos, a los gobernados y lo más importante: fieles a Dios.
José tenía en sus manos la posibilidad de cometer adulterio con la esposa de Potifar, oficial de Faraón. Estaba la casa sola, los esclavos no tenían ninguna posibilidad de cruzar palabra con los patrones. La esposa de Potifar le rogaba a José que durmiera con ella. Relata los versículos 10, del capitulo 39 de Génesis: “Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella”.
La razón de José la encontramos en la palabra FIDELIDAD Y LEALTAD A DIOS Y A POTIFAR. Lealtad que explica el texto del titulo de la columna: “No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
¿Está usted dispuesto a ser fiel, aunque los cielos se caigan a pedazos?
Mi correo; duranjavier_@hotmail.com

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