lunes, 10 de mayo de 2010

FELIZ DÍA DE LAS MADRES


Hoy es un día muy especial para todos los mexicanos, ya que celebramos un día más de nuestras queridas y apreciadas progenitoras. Podría decir que mi mamá es la mejor del mundo y aunque esto es cierto, cada uno de nosotros, los hijos; podríamos decir exactamente lo mismo.
Sirva esta columna para agradecer el amor de nuestras madres a nosotros sus hijos. Madres que siguen creyendo en sus hijos, aun cuando nadie más lo haga.
Capaz de dar la vida por sus hijos, el amor de una madre, es comparado al amor de Dios. Por eso apreciada Madre, recibe el cariño y los besos de tu hijo, que te ama y te venera como el ser más importante de su vida.
Quiero compartir con todas ustedes, esta pequeña reflexión. Ojalá que las haga reflexionar que aunque a veces como hijo nos quejamos, sigan con su ejemplar trabajo de educar y redimir:
Yo tuve la mamá más mala de todo el mundo:
Mientras que los niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer cereal, huevos y pan tostado.
Cuando los demás tomaban refrescos gaseosos y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer emparedado.
Mi madre siempre insistía en saber donde estábamos. Parecía que estábamos encarcelados. Tenía que saber quiénes eran nuestros amigos.
Insistía en que si decíamos que íbamos a tardar una hora, solamente nos tardaríamos una hora.
Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley contra el trabajo de los niños menores. Hizo que laváramos trastes, tendiéramos camas, y aprendiéramos a cocinar y muchas cosas igualmente crueles.
Creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer. Siempre insistía en que dijéramos la verdad y solo la verdad.
Para cuando llegamos a la adolescencia ya fue más sabia, y nuestras vidas se hicieron aún más miserables, se volvió posesiva.
Nadie podía tocar el claxon para que saliéramos corriendo. Nos avergonzaba hasta el extremo, obligando a nuestros amigos a llegar a la puerta para preguntar por nosotros.
Mi madre fue un completo fracaso. Ninguno de nosotros ha sido arrestado. Cada uno de mis hermanos ha servido a su patria, y ¿A QUIÉN DEBEMOS CULPAR DE NUESTRO TERRIBLE FUTURO? Tienen razón, a nuestra madre.
Vean de todo lo que nos hemos perdido. Nunca hemos podido participar en una demostración y actos violentos y miles de cosas más que hicieron nuestros amigos.
Ello nos hizo convertirnos en adultos educados y honestos
Ahora que soy madre, estoy educando a mis hijos con las mismas enseñanzas y de la misma manera que mi madre nos educó. Me siento muy orgullosa cuando mis hijos me dicen que soy mala, muy mala madre. Verán, les digo, con el tiempo ustedes le darán gracias a Dios por haber tenido, como yo la tuve, la mamá más mala del mundo.
Este es un pensamiento que me agrada, ya que mi madre al quedarse sola con 6 hijos, se comportó muchas veces como un general. No nos permitía andar de vagos como muchos niños de la colonia donde crecimos, siempre nos daba tareas que hacer a todos mis hermanos, incluso a los más pequeños.
Yo lavaba los trastes. Mi hermano hacia la comida, mientras que mi otro hermano hacia la limpieza. Así, todos participábamos de mantener limpia nuestra casa y cuando mamá llegaba por las noches del trabajo, la casa tenia que estar completamente arreglada, pese a que el hijo mayor (yo), sólo tenia 12 años de edad.
Por eso, pedimos a Dios que las cuide y las guarde. Y que todos los hijos, el día de hoy las agasajen y les cumplan sus sueños: Estar a su lado y recibir muchas palabras de agradecimientos por el grande amor que nos mostraron cada día de nuestra vida, y lo seguirán haciendo hasta el fin de nuestros días.
"Madre, tuyo es mi cariño. Sólo tuyo es mi amor. No hay amor que iguale al tuyo
Porque en tu alma, hay candor.
Es tierno como el de un niño. Siempre tiene compasión. Porque en tu alma hay dulzura
amor y ternura, que vienen de Dios"

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